La primavera avanza, las temperaturas siguen aumentando y la temporada hotelera continúa. Llegado este momento, tener a punto nuestras instalaciones es vital para asegurar las buenas condiciones higiénicas de las mismas, y así ofrecer espacios seguros a todos los usuarios. Por eso, hoy hablamos de cómo prevenir la Legionella en hoteles.
La Legionella Pneumophila se trata de una bacteria que vive y se desarrolla en ambientes acuáticos naturales como ríos, lagos, embalses… Desde estos, puede colonizar los sistemas de abastecimiento de agua de las ciudades y llegar a incorporarse a las redes de agua de los edificios.
Esta bacteria es la responsable de la conocida como legionelosis, una enfermedad de origen ambiental. Esta no se contrae por el consumo de agua o alimentos infectados, ni de persona a persona, sino que llega al organismo a través de las vías respiratorias, por inhalación de aerosoles.
Todas las instalaciones que permitan la supervivencia y el crecimiento de la Legionella, y que formen y emitan aerosoles se consideran de riesgo: grifos, duchas, bañeras de hidromasaje, etc. Pero los sistemas más afectados son los de acumulación de agua caliente sanitaria, ya que actúan como reservorio y amplificador de la bacteria. Desde los mismos, esta se distribuye por la red de tuberías hasta las duchas, dónde se forman los aerosoles que los usuarios pueden respirar.
Los hoteles son instalaciones comunitarias que suelen contar con depósitos de este tipo. Por eso, se trata de espacios a los que debemos prestar especial atención, y que requieren de un mantenimiento más exhaustivo.
En función del tipo de instalación con el que cuente el alojamiento, las medidas preventivas que se deben adoptar varían:
- Si el edificio cuenta con un sistema de agua caliente sanitaria: Será necesario establecer un programa de mantenimiento preventivo. Este debe ser llevado a cabo por una empresa que cuente con profesionales especializados en este tipo de tareas. Además, debe incluir la limpieza y desinfección de la red y los acumuladores. La temperatura del ACS debe ser siempre superior o igual a 60º.
- Si el edificio cuenta con algún sistema de reserva de agua fría para el consumo humano: También se debe establecer un programa de mantenimiento que compruebe, al menos, su estado y estructura, si está protegido del calor excesivo y la contaminación… Y que se limpie y desinfecte una vez al año, como mínimo, además de llevar las mediciones necesarias.
- Si tiene piscinas climatizadas: Se deben llevar controles conforme al protocolo existente. Este establece que la frecuencia de análisis de Legionella en este tipo de piscinas debe ser mensual. Estos estudios sistemáticos de las aguas y una correcta desinfección son la única manera de evitar que se desarrollen focos de esta bacteria.
A mayores, se recomienda evitar el uso de filtros y otros accesorios innecesarios en los grifos y duchas, además de emplear difusores de gota gruesa, purgar semanalmente los grifos con poco uso y eliminar las incrustaciones de cal con productos adecuados para ello.
A pesar de seguir estos consejos, para evitar la Legionella en hoteles es necesario contar con un buen plan de prevención. Es necesario que esté adaptado a las necesidades de cada instalación y realizado por una empresa especializada en el control de esta bacteria. Hacer esto nos ayudará a ahorrarnos un grave problema que podría acabar con el prestigio de un alojamiento.
Para encontrar más información sobre la actual normativa que establece todas las medidas sanitarias de control y prevención de la legionelosis, os recomendamos visitar nuestro artículo sobre el nuevo Real Decreto 487/2022. Este debe ser aplicado en todas las instalaciones de riesgo a partir del 2 de enero de 2024.